Sopa de choco (sepia)

Esta sopa es un placer, una sopa diferente y sencilla para un estilo de vida saludable, con los ingredientes justos para conseguir un sabor y textura naturales. La verdad es que se hace con poco, porque no necesita más. Quizás estemos más acostumbrados a la sopa de pescado, pero esta sopa sorprende por sabor, textura y color sin aderezos innecesarios.
Una particularidad de esta sopa es que el huevo duro no se pica integro, la clara se pica a cuadritos como el choco, estos van a ser los tropezones de la sopa, lo sólido, junto con algunas almejas para que quede de lujo total. Por otra parte, las yemas se trituran con las hortalizas y le aporta el color amarillo característico de la sopa. 
Las almejas le dan un punto extraordinario y cuidado porque aportan su sal. Así de fácil y así de exquisita.

Ingredientes para 4-5 personas:
  • 500 g de chocos
  • 300 g de almejas
  • 1 puerro
  • 1 nabo
  • 1 zanahoria
  • 1 rama de apio
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • 3 huevos duros 
  • Aceite de Oliva Virgen Extra
  • Opcionalmente fideos (para celiacos, sin gluten)
  • Sal con moderación
1 . Poner a hervir agua, con algo de sal, en una cacerola y echar el choco troceado. No importa que sean trozos grandes porque luego lo vamos a cortar pequeñito una vez cocido. 
Lo mismo pasa con las verdura, mejor en trozos grandes para sacarlas facilmente.
Agregar el nabo, puerro, zanahoria, apio, un chorrito de aceite y medio vaso de vino blanco.
Hervir los huevos, en agua que los cubra, 11 minutos a partir del hervor. Sacar y enfriar, así las yemas tendrán un bonito color amarillo sin bordes grises.
Cocer 30 minutos o hasta que los chocos estén tiernos.

Sacar las verduras del caldo y triturarlas con las yemas.
Sacar el choco del caldo y cortarlos a cuadritos junto con las claras.
2 . Incorporar al caldo las verduras trituradas con las yemas y el choco y claras troceados.
Si quieres también se le puede poner un puñado de fideos, sin pasarse, y hervir un poco hasta que estén tiernos.
Añadir las almejas, dar un hervor hasta que se abran.
Servir en plato hondo o cuencos mientras conserven su calor.