Boquerones en vinagre (con fotografías paso a paso)

Con esta receta tradicional y sin complicaciones, tendremos un magnífico entrante siempre disponible. Quedan blancos con la carne prieta y deliciosos. Los boquerones mejor grandes y bien limpios, por lo demás un buen vinagre y aceite de oliva. Eso sí, el ajo y el perejil que no falten.
Si optas por un vinagre más suave puedes recurrir al de manzana y claro el resultado también es más suave y muy aromático. Yo los hago de las dos formas con vinagre de vino o de manzana, según la ocasión.
La opción del vinagre de manzana me la contó mi amiga Manuela Barroso y salen exquisitos.

Ingredientes:
  • 1/2 k de boquerones frescos grandes
  • 2 dientes de ajo picados 
  • Perejil picado
  • Vinagre de manzana o de vino blanco
  • Agua
  • Sal 
  • Aceite de oliva
1 . Limpiar muy bien los boquerones de cabeza, tripas y espina central. Meterlos en agua muy fría (le puedes poner cubitos de hielo) para desangrarlos y cuando los veas más blancos escurrir y secar con papel absorbente. 
Truco: Si a ese agua le pones el zumo de 1 limón salen más blancos.
Introducir en una fiambrera y congelar un par de días por aquello del Anisakis.

2 . Una vez hecho este proceso los ponemos por tandas en un recipiente de cristal, con sal en cada tanda.
Hacer la mezcla de vinagre y agua con la proporción de 75% de vinagre y 25% de agua (3 partes de vinagre x 1 de agua).
Echar sobre los boquerones que los cubra, macerar 6-8 horas (depende del vinagre) aproximadamente en el frigo y se pondrán blancos. Si por el centro ves que están algo transparentes, déjalos una hora más. A las 6 horas conviene revisarlos y si están blancos se escurre de su vinagre.
Así quedan de blancos y firmes. Escurrir muy bien del liquido.
3 . Picar el ajo y el perejil en un cuenco y echar el aceite de oliva.
 Poner los boquerones por capas y bañarlos entre capa y capa con el preparado de ajo, perejil y aceite. Así toman un gran sabor.
Mejor de un día para otro. Deben quedar cubiertos de aceite.
Se conservan varios días en el frigorífico.
Servir tal cual acompañados de rebanaditas de pan para aprovechar el aceite. ¡Absolutamente ricos!.