Las habas tienen un sabor único, sean verdes o en grano. Este plato lleva habas baby de bote, por aquello de las prisas y porque las tenía a mano. Me solucionó la comida en poco tiempo.
Si usas habas desgranadas, o congeladas, solo tardas un poco más hasta ponerlas tiernas. Queda un plato rico, nutritivo y saludable. La morcilla es ibérica, de la sierra de Huelva, una morcilla negra muy aromática, por lo que la elaboración del mismo no lleva especias ni hierbas ya que el sabor lo va a aportar la morcilla. Va coronado con un huevo poco hecho, pero esto es al gusto y opcional.
Ingredientes:
- 1 bote de habas pequeñas en aceite (o 1k y medio de habas verdes o un paquete de habas congeladas)
- 1 cebolla mediana
- 1 diente de ajo
- 1 morcilla negra de la sierra de Huelva
- 1 huevo por comensal (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
1. Pelar la morcilla, trocearla y poner en una cazuela para que se fría un poco.
Sacar la morcilla con espumadera y reservar en un plato.
2 . En esa misma grasa de la morcilla, y algo más de aceite si hiciera falta, freír la cebolla picada y el diente de ajo. Poner algo de sal.
Escurrir las habas y echarlas a la cacerola una vez rehogados la cebolla y el ajo.
*Si usas habas frescas, o congeladas, solo hay que ponerles agua al ras y chorrito de vino. Cocer hasta tiernas y listo. Probar de sal y rectificar.
Servir caliente y coronar el plato con el huevo y la morcilla reservada con sus jugos.