Ahora en verano la berenjena está en su mejor momento, su pulpa esponjosa absorbe sabores y líquidos aunque estos los va soltando cuando están hechas y jugosas. Para este plato es mejor utilizar la variedad morada y alargada, grandes y con una piel brillante que delata su frescura.
Cada ración consta de dos láminas y el relleno esta vez es de atún en conserva (en Huelva lo tenemos excelente) que facilita el proceso y nos da un respiro en la cocina, un buen tomate frito casero y poco más. Después va coronada con tomate y queso rallado. El resultado es un plato completo, suave y muy rico.
Ingredientes:
- 2 - 3 berenjenas según tamaño
- 2 latas de atún, o melva, de 150 g cada una
- Tomate frito casero al gusto
- 2 huevos duros
- Queso rallado para gratinar
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
*Preparar la bandeja del horno con papel de hornear. Precalentar el horno a 180º C, calor arriba y abajo sin turbo.
1 . Pelar las berenjenas y cortar en láminas más bien gruesas. Ponerles sal y dejar un rato que expulse jugos. Enjuagar y escurrir muy bien o secar con papel absorbente.
En una sartén amplia poner un poco de aceite y asar las láminas de berenjena por las dos caras. Tapar para que se hagan por dentro. Poner algo más de aceite cuando lo necesite en las siguientes tandas.
Sacar en cuanto empiecen a dorarse un poco y apartar en papel absorbente.
2 . Poner la mitad de las láminas en la bandeja de horno con base de papel de hornear. Vamos a rellenarlas y luego ponemos la otra mitad encima. Hacer coincidir los tamaños.
Escurrir el atún de las latas y repartir en las láminas de berenjena.
A continuación poner tomate frito espeso para que no chorree y los huevos duro en rodajas.
Cerrar con la otra lámina de berenjena y poner más tomate frito y el queso rallado generoso.
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Hornear a 180º, calor arriba y abajo, posición media del horno durante 10-12 minutos. Cambiar a gratinar y esperar unos minutos que el queso se dore un poco. Sacar inmediatamente y dejar reposar un poco.
*Si lo vas a dejar en espera dentro del horno, mejor con la puerta abierta para que no siga horneando.
Servir con ayuda de una espátula y quedan perfectas.
