Este plato de hortalizas es realmente un manjar. En mi casa, y con eso digo mi madre, se ha hecho siempre el pisto con calabacín y berenjena porque va bien con todo, desde patatas hasta huevos, o lo que quieras. Además tiene un aprovechamiento de lujo, porque con lo que te pueda sobrar, sale una tortilla excelente. ¡Por eso hago pisto de más... para que me sobre!.
Esta vez no le he puesto tomate sino una cucharadita de pimentón, que le aporta un tono de color y un sabor delicioso. El plato va coronado con un huevo frito en sartén, no cuajado en el pisto, pero eso es al gusto....
El origen del pisto andaluz se encuentra en un antiguo plato árabe, la alboronía (al-baraniyya, cierto manjar). A lo largo del tiempo, y a partir del descubrimiento de América, se incorporan otros ingredientes como pimiento, de ahí el pimentón, y tomate, muy propios del pisto andaluz.
La berenjena llegó a al-Ándalus de mano de los árabes llegados de Persia en el siglo VIII, mucho antes que el pimiento y el calabacín que llegarían siete siglos más tarde. El pimiento tiene su origen en América del sur y fue uno de los primeros productos que Colón trajo a España (agí). Todos las variedades de pimientos que existen provienen de aquellos, así como el pimentón, nacido de moler el pimiento seco en nuestros molinos.
El calabacín procede también de América y su cultivo se extendió por Europa. En España solo se conocía la especie Lagenaria siceraria (cucurbitácea) que vino de África, ya que allí se han encontrado restos en antiquísimas excavaciones poniendo de manifiesto que ya era consumido por los egipcios y más tarde por griegos y romanos, aunque fueron los árabes quienes extendieron su cultivo por el Mediterráneo.
- 1 berenjena grande
- 1 cebolla (200 g pelada)
- 2 dientes de ajo
- 3 calabacines delgados (700 g)
- 1/2 pimiento rojo (opcional)
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- Sal
- Aceite de oliva