Costillas en salsa

A veces los platos más sencillos nos sorprenden. Las costillas quedan deliciosas con los sabores que aportan el tomillo, el romero, laurel... y otros ingredientes que combinan muy bien y realzan la carne de cerdo. 

Me gusta guisarlas lentamente hasta que estén bien tiernas y la salsa sabrosa. Si quieres usar olla exprés en 20 minutos estás listas. 

Las costillas las compré carnosas, con poca grasa y le pedí al carnicero que las cortara en trozos de unos 4-5 centímetros. De bocado.

No es un guiso de patatas con costillas, las costillas van solas en su salsa, con todo su sabor. El acompañamiento es al gusto, en este caso unas rodajas de patata cocida que se impregnan y absorben la salsa en el mismo plato y quedan absolutamente ricas. También puede ser una base de espaguetis, o arroz cocido... Al gusto.


Ingredientes:
  • 1 kg de costillas de cerdo
  • Aderezo para la carne: Tomillo, romero, pimienta negra molida, cúrcuma, pizca de nuez moscada, chorrito de aceite, sal
  • 1 cebolla grande
  • 3 dientes de ajo
  • 1 vaso de vino blanco (tamaño de los de agua, no lleno del todo)
  • Laurel
  • 1 ñora picadita o pimiento seco ahumado (muy recomendable)
  • Aceite de oliva viren extra y sal
1 . Ponemos las costillas troceadas en un cuenco grande y echamos los ingredientes del aderezo para que se vayan impregnando de sabores. Remover.
2 . En una cacerola plana, con un poco de aceite, sellamos las costillas por tandas para que no se cuezan al estar todas juntas. Solo deben dorarse superficialmente.
Ir apartando en una fuente y dejar en espera.
En ese mismo aceite, o un poco más si hiciera falta, freímos la cebolla y los dientes de ajo, todo muy picaditos.
Incorporar las costillas a la cazuela, aprovechar los jugos que hayan soltado en la fuente y echar el vino.
Esperar que hierva un poco para que se evapore el alcohol del vino.
Agregar agua al ras. 
Ahora echamos laurel y la ñora picadita, a la que habremos quitado el pedúnculo, y unas hojitas de romero.
Guisar la carne a fuego lento tapada. Probar de sal y rectificar sabores al gusto. 
Al ir cociendo las hierbas se integran y pasan desapercibidas a la vista, pero no al sabor.
Añadir más agua si lo necesitara.
Las costillas quedan muy tiernas y la salsa espesa.