Para mi la berenjena es un producto estrella en la cocina, tiene un sabor ligeramente ahumado y una pulpa tierna y esponjosa que absorbe todos los sabores y se suaviza al cocinarla.
Estas albóndigas son suaves por la pulpa cremosa y sabrosa de las berenjenas. La salsa de tomate aporta el complemento ideal para equilibrar el plato. Ideal para cocina vegetariana.
Las albóndigas de berenjena se hacen igual que las de carne, tienen un tratamiento similar, pero las de carne se hacen con la carne cruda y en estas la berenjena va cocinada antes de hacer las bolitas. En Italia es un plato muy típico y se cocina de maneras muy diversas.
Ingredientes:
- 500 g de berenjenas (2 berenjenas) moradas y brillantes
- 100 g de cebolla muy picada
- 1 rebanada de pan asentado (80 g )
- 3 dientes de ajo
- 1 huevo duro
- 1 huevo crudo
- 1 cucharada de pan rallado
- Chorrito de vino (50 ml)
- Sal
- Aceite de oliva
*He acompañado las albóndigas con salsa de tomate casera a la que he puesto cebolla, ajo, pizca de orégano y una buena lata de tomate triturado.
1. Pelar las berenjenas hacer láminas algo gruesas, cortar en palitos y estos en taquitos pequeños.
Ponerlos en un escurridor y espolvorear con sal. Dejar así unos 15 minutos. Enjuagar bajo el grifo y dejar en el escurridor hasta que las necesitemos.
2. Poner en un bol grande el pan desmenuzado y remojar con el vino.
3. Picar la cebolla y 2 dientes de ajo. Freír en cacerola con 2 cucharadas de aceite.
Incorporar la berenjena, remover y seguir sofriendo. Si quieres la tapas un ratito para que se ablanden antes.
Enseguida se ponen tiernas. Es así como la queremos. No necesitan sal porque se la pusimos al principio.
4. En el bol con el pan echar la berenjena, el huevo crudo, el huevo duro machacado con un tenedor, el perejil, 1 diente de ajo picado, pizca de nuez moscada y pizca de sal. Remover.
Echar la cucharada de pan rallado para dar más consistencia y remover un poco más. Dejar reposar un poco.
5. Hacer las bolas de las albóndigas y pasar por harina de freír. Para celiacos harina de arroz.
Freír en aceite de girasol, o de oliva. Sacar a una bandeja con papel absorbente.
Servir con salsa de tomate o la que prefieras.