Un plato revitalizante que proporciona vitaminas, minerales y las calorías apropiadas para una buena digestión. Estas hortalizas combinan muy bien y aportan su delicado sabor en este plato de fácil preparación. Aunque muchas veces utilizo calabacín, he puesto calabaza entre otras hortalizas, y un poco de jamón picado por encima. Sin el jamón es un plato excelente para vegetarianos... y para no vegetarianos.
Ingredientes:
- 600 g de calabaza (o calabacín)
- 2 zanahorias
- 1 nabo
- 1 patata
- 1 rama de apio
- 1 cebolla mediana
- 1 puerro (solo la parte blanca)
- 1 diente de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- Pizcas de pimienta negra y cúrcuma
- Sal
1 . Enjuagar las verduras y hortalizas. Pelarlas y trocearlas. Dejar en espera.
2 . Picar la cebolla, el puerro y el ajo. Poner en una cacerola con un chorrito de aceite y freír a fuego lento. Pizca de sal.
Cuando estén pochados incorporar las hortalizas que teníamos en espera. Poner algo de sal.
Cubrir con agua al ras, poner pizcas de pimienta y cúrcuma. No solo por sabor sino por sus propiedades antinflamatorias y cardiovasculares.
Tapar la cacerola y cocer, a fuego más bien lento, hasta que las hortalizas estén tiernas.
Probar y rectificar sabores. Triturar y listo para servir.